lunes, 20 de febrero de 2012


Federico Kauffmann Doig (Chiclayo, 1928)
Es uno de los más importantes investigadores del patrimonio cultural prehispánico peruano. Egresó del colegio Nuestra Señora de Guadalupe en Lima y siguió estudios superiores en la Universidad de San Marcos. Obtuvo el doctorado en Arqueólogo en 1955, y en Historia, en 1962. Ha realizado una intensa actividad docente e institucional, que ha incluido dirigir el Museo de Arte de Lima (en 1960-1964 y 1969-1971) y el Museo Nacional de Arqueología (en 1979-1980).

Sus investigaciones de campo de Chavín, Nazca, Ancón y Amazonas han clarificado muchos aspectos poco estudiados de la vida de los antiguos peruanos y su esfuerzo por vencer la limitaciones ambientales. Ha merecido diversas distinciones, entre ellas las Palmas Magisteriales en grado de Amauta. Es miembro de número de la Academia Nacional de la Historia desde 1998.    

domingo, 19 de febrero de 2012


Saña
Cuando fue fundada, por disposición del virrey Diego López de Zúñiga, conde de Nieva, la otrora Villa de Santiago de Miraflores, hoy Saña, no podía imaginar el destino singular que la esperaba y haría que ciento sesenta años después empezara a ser conocida con el espectral nombre de “ciudad fantasma”.

En aquel tiempo, Saña pertenecía al corregimiento de Trujillo y en sus términos empezaban a instalarse numerosas familias de hacendados que con su riqueza dotarían a la ciudad de bellas mansiones y contribuirían al esplendor de los varios templos y conventos que edificaron las varias congregaciones asentadas en el lugar.

La historia moderna de Saña comienza cuando en 1536 las comarcas de Mocupe y Saña son encomendadas por Francisco Pizarro al capitán Félix Alonso Morales. Con el correr de los años, y como la encomienda prosperara, se hizo necesario crear un pueblo de españoles, y así, el 29 de noviembre de 1563, el capitán Baltazar Rodríguez cumplió el encargo de fundar, en el emplazamiento del Tambo Real del Valle de Saña, la villa de Santiago de Miraflores.     

La nueva población estaba ubicada en un fértil valle, cuya posición estratégica entre los de Jequetepeque y Lambayeque, como punto de encuentro de caminos que cruzaban el desierto y se internaban en la sierra, y salida natural de Cajamarca hacia la costa, era reconocida desde antes de la invasión hispana. No resultaba extraño, por eso, que el valle contase con obras de irrigación y que los nuevos dueños del país lo encontraran adecuado para asentarse en él, ahora bajo los términos de las ocupaciones hispanas. Ahora, además, sería un lugar intermedio entre los dos asentamientos hispanos más importantes de la costa norte: Trujillo y Piura. Para dar una idea de la riqueza agrícola de la comarca, basta decir que en u territorio estaban las que luego se llamarían haciendas Tumán, Pucalá y Cayaltí.

El florecimiento de Saña, después de unos inicios modestos, fue muy rápido, y aunque experimentó muchas vicisitudes durante su relativamente corta vida, las más importantes fueron su saqueo por parte del pirata flamenco Eduard David, y, por supuesto, la creciente del río que la arrasó en 1720 y acabó con sus posibilidades de ser la segunda ciudad del Perú. El primer hecho ocurrió el 3 de marzo de 1686, cuando alrededor de doscientos piratas tomaron tierra en la desembocadura del río Saña, junto al puerto de Chérrepe, enrumbaron al interior y se apoderaron d la ciudad, cometiendo numerosas tropelías y apoderándose de un botín de al menos 200 000 pesos.




Para este tiempo, Saña tenía ya fama no sólo de rica, sino también de disoluta. Algunos culpaban de ese relajamiento a los propietarios de los numerosos africanos y sus descendientes que trabajaban las haciendas del valle, quienes permitían que los esclavos conservaran sus “relajadas” costumbres y creencias, las cuales, por lo demás eran imitadas por sus dueños. De ahí que cuando se registró el saqueo, y todavía más al producirse la ruinosa inundación, las gentes atribuyeran a esos sucesos la condición de castigos divinos por tan liviana moral. 

sábado, 18 de febrero de 2012


 LA PAVA ALIBLANCA
Considerada como uno de los mejores ejemplos de recuperación de una especie animal de las garras de la extinción, la pava aliblanca (Penelope albipennis) fue redescubierta para el mundo en 1977, luego de habérsele creído extinta desde hacía exactamente un siglo. Hoy, gracias al apoyo de la empresa privada, los trabajos de recuperación de esta singular ave se encuentra bien encaminado y la posibilidad de reintroducir ejemplares de pava aliblanca en su hábitat natural es ya una realidad.
La historia de su descubrimiento data de 1977, año en que el peruano Gustavo del Solar y el ornitólogo y artista norteamericano John P. O’Neil, de la Universidad de Louisiana, hallaron algunos ejemplares de la rara pava en la quebrada San Isidro de Olmos, a partir de las indicaciones de un campesino del lugar llamado Sebastián Chinchay, antiguo morador de la hacienda Querpón.
La pava aliblanca se distribuye hoy en día en una limitada porción del bosque seco ecuatorial del departamento de Lambayeque, en alturas que van desde los 300 hasta los 1 100 m.s.n.m. Según estudios realizados por ornitólogos de campo, su número actual se calcula en alrededor de 300 individuos distribuidos a lo largo de unas 15 quebradas dominadas por densos bosques de algarrobo, hualtaco y guayacán y ubicadas en las inmediaciones de la localidad de Olmos y Salas. El resto de su antiguo hábitat, sin embargo, ha sido gravemente alterado por la tala de especies arbóreas, la caza y la ampliación de la frontera agrícola.
Su apariencia general es similar a la de un pavo doméstico – con el que esta emparentada, aunque algo mas esbelta y con un cuello largo terminado en una cabeza pequeña.
Pesa alrededor 1.5 kilos y mide 56 cm de la cabeza a la cola. Sus alas cortas y redondeadas son ideales para vuelos corotos y le permite una gran maniobrabilidad  entre el denso follaje. De su garganta cuelga una porción de piel de color rojo intenso y posee una zona azulada y sin plumas alrededor de los ojos. El color de su plumaje es negro plomizo uniforme, con algunas plumas blancas que subrayan los bordes de sus alas y que se muestran sólo cuando el ave vuela (de allí su nombre común).       
La pava aliblanca se alimenta de frutos, flores, semillas, hoja y brotes tiernos de una amplia gama de especies vegetales del bosque seco. Necesita beber agua diariamente, por ello solo se le encuentra en las cercanías de los manantiales o jagüeyes y en las quebradas con agua permanente. Debido a sus hábitos alimenticios (eminentemente vegetariano), las pavas aliblancas cumplen un importante rol como dispersoras de una amplia gamma de especies arbóreas, entre ellas varias de importancia económica para el hombre.
Un elemento vital para su recuperación, luego de obtenido el primer polluelo silvestre de manos de un cazador local, fue el proyecto de crianza en cautiverio en el Zoocriadero Bárbara D’Achille, en Olmos. Propiedad de Gustavo del Solar, e iniciado en el año de 1981. Desde entonces y gracias al constante apoyo de la Fundación Backus Pro Fauna en Vías de Extinción, las pavas se han reproducido con tal éxito en el criadero que el proyecto ha ganado reconocimiento a nivel mundial. Luego de la reintroducción del primer lote pavas en su hábitat natural (setiembre del 2001), nació el primer polluelo en libertad (2002), hijo de padres criados en cautiverio. 

viernes, 17 de febrero de 2012


CALENDARIO FESTIVO
Enero
2    Lambayeque (Pacora). San Pablito.
6    Lambayeque (Íllimo, Mórrope, Salas). El Niño Dios de Reyes y los Reyes Magos.
22   Eten, Festividad del Divino Niño del Milagro.

Febrero

2    Lambayeque (Túcume). La Virgen de la Candelaria.
4  Lambayeque (Monsefú). Festividad de San Andrés Corsino.
9    Chiclayo  (Santa Rosa). Fiesta de la Cruz de Chalpón.

Marzo
14   Monsefú. Fiesta del Señor Cautivo.
18   Chiclayo (caleta de San José). San José Patriarca.
19   Chiclayo (Mórrope). Fiesta de San José.

Abril
18   Aniversario de la Fundación de Chiclayo.
18   Chiclayo (Picsi). La Virgen de los Dolores.
25   Ferreñafe. Fiesta del Señor de la Justicia.

Mayo
1    Chiclayo (Chongoyape). La cruz de Mayo.
2    Chiclayo (Oyotún). La cruz de Velacuy.
3    Chiclayo (Chongoyape), Eten. La Cruz de Mayo.
4    Chiclayo. Festividad de la Santísima Cruz de Ucupe.
5    Lambayeque (Jayanca). Festividad de la Cruz del Río.
10  Lambayeque (Mórrope). Festividad de la Cruz de Pañalá.
15  Saña y Lambayeque (Jayanca y Mochumí). San Isidro Labrador.
18  Lambayeque (Jayanca). Festividad de la Cruz del Camal.
29  Eten. La cruz de Mayo.

Junio
Movible Lambayeque (Túcume). Corpus Christi.
24   Chiclayo (Oyotún) y Lambayeque (Íllimo). San Juan.
29   Chiclayo (caleta de San José). San Pedro.
29   Lambayeque (Mórrope y Túcume). San Pedro y San Pablo.
30   Lambayeque (Pacora). San Pablo.

Julio
1    Chiclayo (Cayanca). Fiesta de San Benito de Palermo.
16  Chiclayo (Pimentel). Festividad de la Virgen del Carmen.
22   Eten. Festividad del Divino Niño Del Milagro.
Última semana Chiclayo (Monsefú). FEXTICUM.

Agosto
2    Chiclayo (Santa Rosa). Aniversario del distrito.
4    Lambayeque (Olmos). Festividad de Santo Domingo.
5    Motupe. Fiesta de la santísima Cruz de Chalpón.
13  Lambayeque (Mochumí). Festividad de San Roque.
20 Lambayeque (Chocope, Salas). Fiesta de la Cruz de Yanahuaca.
25 Lambayeque (Olmos). Festividad de la Cruz de Chalpón.

Setiembre
14  Chiclayo (Monsefú). Feria patronal.
16  Ferreñafe. Festividad de Santa Lucía.
24  Ferreñafe (Cañaris, Incahuasi). Virgen de la Mercedes.

Octubre
4     Lambayeque (Salas). San Francisco de Asís.
18   Chiclayo (Santa Rosa). Fiesta de Santa Rosa de Lima.
18   Lambayeque. El señor de los Milagros.
25   Ferreñafe. Festividad del Señor de la Justicia.

Noviembre
1  Lambayeque (Íllimo, Morrope, Túcume). Fiesta de Todos los Santos.
2    Eten. Festividad patronal del Señor de la Buena Muerte.
4    Chiclayo (Reque). Aniversario del pueblo.
Movible    Ferreñafe (Pueblo Nuevo). San Martín de Porras.
11  Chiclayo (Reque). Festividad de San Martín de Tours.
18  Chiclayo (Picsi). San Martín de Porras.
25  Chiclayo. (Chongoyape). Santa Catalina.
29  Saña. Fundación española de Saña.

Diciembre
Primera semana    Chiclayo. Semana Turística de Chiclayo.
8     Chiclayo y Lambayeque (Mochumí). Fiesta de la Inmaculada Concepción.
13   Ferreñafe. Santa Lucía.

jueves, 16 de febrero de 2012




Pimentel
Antiguo puerto y caleta, cuentan los cronistas que desde Pimentel se hacían a la mar enormes balsas de palos impulsadas por velas. Se le llamó Concepción, y pronto reemplazó a San José como puerto principal de Chiclayo. Debe su nombre al marino peruano Ricardo Pimentel, quien hizo conocidas sus ventajas como fondeadero de barcos de mediano calado.
Pimentel es, en la actualidad, el balneario preferido de los chiclayanos. Clubes y casa de hospedaje compiten por un espacio frente al mar con antiguos ranchos de madera y decenas de restaurantes especializados en platos a base de pescados y mariscos. Su gran muelle, una suerte de ícono de acero de más de cien metros de longitud, divide a la playa en dos zonas bien marcadas: la antigua, ubicada al sur (aquí abundan los famosos caballitos de totora), y la moderna o residencial (con casa de veraneo y edificios de departamento), hacia el norte. Para acceder a Pimentel sólo se requiere tomar la ruta al extremo norte de la ciudad de Chiclayo (salida hacia Lambayeque) y girar en el óvalo hacia la izquierda. Desde allí, sólo siga al sol, que lo llevará directo a la playa.



Santa Rosa
Ubicada a sólo 15 minutos de Chiclayo, la playa y caleta de Santa Rosa es, sin duda, uno de los lugares más fotogénicos del país. Tierra de pescadores milenarios, éste es uno de aquello pueblos en los que el tiempo se mide por las mareas y por las noches de luna. Aquí nadie tiene prisa ni usa reloj. Santa Rosa no es, por cierto, una playa convencional, como las que estamos acostumbrados a visitar. Si bien el mar suele ser más  tranquilo y menos frío que en otras costas, el verdadero espectáculo de este rincón es visual. Un festín para los ojos y, por qué no, para las cámaras fotográficas.
Santa Rosa es playa, caleta y astillero. Aquí se construyeron, durante el auge pesquero de los sesenta, embarcaciones de hasta 200 toneladas. Lo peculiar de este lugar es que carece de muelle, por lo que las chalanas deben ser remolcadas con la ayuda de un tractor hasta las aguas profundas (antes se hacía con burros o rodándolas sobre palos).

miércoles, 15 de febrero de 2012



King Kong
Se suele decir que en tiempos prehispánicos no se consumían propiamente los dulces, pues no existían – salvo la miel de abejas silvestres, en cantidades muy reducidas – los insumos necesarios para prepararlos, por lo que la tradición dulcera peruana se remonta sólo a la llegada de los españoles. Esto parece comprobado en el caso de ciudades como Lima, Arequipa o Moquegua, cuyos dulces suelen ser variantes de los peninsulares o innovaciones a base de ingredientes que llegaron con los españoles: harina de maíz, miel de caña, leche, etc.
Sin embargo en una región del antiguo Perú si existía una fuente de dulce relativamente abundante: el algarrobo, cuya miel se sigue fabricando con el sencillo expediente de hervir las vainas de la algarroba.
En cualquier caso, Lambayeque es uno de esos lugares donde la dulzura ha sentado sus reales, y si ya antes del siglo XVI tenían predilección por esos manjares, la caña de azúcar, traída por los españoles, vino a darles en la yema (o azúcar) del gusto. Muchos son los dulces que se preparan en Lambayeque: machacado de membrillo, cuñas (una especie de turrón de miel de caña y maní), alfajores y natillas. Pero el que representa a Lambayeque es, indudablemente, el King Kong.
U nombre es relativamente reciente, pues no tiene aún cien años. Su existencia es más antigua y se remonta a la llegada de los alfajores, los cuales, sin embargo, pronto sufrieron una transformación en contenido y forma. Pues resulta que en algún momento los alfajores de Lambayeque empezaron a crecer verticalmente – primero de dos pisos, luego tres – y horizontalmente – tamaño platito, tamaño plato, tamaño fuente -, y como no podía repetirse el relleno, pues entonces, además de manjar blanco, había que usar dulce de piña, dulce de membrillo, dulce de maní con chancaca, etc. En realidad, como en el caso del huevo y la gallina, no se sabe qué  fue primero: si los pisos, que exigieron la variedad de sabores, o las gana de mezclar sabores, que llevaron a aumentar los pisos.
Hasta que también a Lambayeque llegaron los locos años veinte, y con ellos el cine. Y el gran éxito del celuloide, King Kong, el gigantesco gorila. Por supuesto, no podía faltar el ingenioso que, al vuelo, estableciera la semejanza y lanzara la chapa al viento: había sido bautizado el King Kong.




Dicen que esto ocurrió en un sitio preciso: la tienda de dulces que existía en la calle San Roque y que luego se convertiría en la prestigiosa fábrica del mismo nombre. La denominación no fue patentada y hoy la usan todos los establecimientos que elaboran este alfajor. 

Elías Aguirre
La cuidad de Chiclayo lo vio nacer el 1 de octubre de 1843. Sus padres fueron don Carlos Aguirre y doña María Candelaria Romero.
Después de realizar sus primeros estudios en su tierra natal, Remigio Elías Aguirre Romero viajó a Lima en 1854 y fue inscrito en el liceo que dirigían los hermanos Pérez y luego en el de don Jacob López. A los quince años ingresó a la Escuela Naval, donde se graduó de guardiamarina en 1860. Su primer  puesto lo desempeño a bordo de la fragata Amazonas. En 1864 obtuvo sus galones de alférez y un año después los de teniente segundo. Formó entonces parte de la comitiva de cuatro oficiales que viajó a Valparaíso, Chile, para recibir la corbeta Unión, que venía de Europa comandada por Grau.
Durante la guerra con España intervino, a bordo de la corbeta Unión, comandada por Miguel Grau, en el decisivo combate de Abtao, el 7 de febrero de 1866, a raíz de lo cual fue ascendido a teniente primero efectivo. Ese mismo año, por haber protestado por el nombramiento del norteamericano John Tucker como comandante general de la marina, fue separado del servicio, pero a poco volvió y le fue encomendada la misión de traer de los Estados Unidos los monitores Manco Cápac, donde viajaba como tripulación, y Atahualpa. En 1870 fue ascendido a capitán de corbeta y nombrado subdirector de la Escuela Naval.
Cinco años después, un desafortunado suceso truncó momentáneamente su carrera naval: bajo su mando, la carroñera Chanchamayo, construida apenas en 1872, se hundió al chocar en Punta Aguja contra una roca sumergida. Elías Aguirre fue sometido a juicio y, encontrado responsable, fue destituido. Intervino entonces brevemente en política y se encontrando laborando en una guanera en Pabellón de Pica, cerca de Iquique, cuando Chile le declaró la guerra a al Perú. Inmediatamente, Elías Aguirre ofreció servicios a la patria y fue reincorporado al servicio y destinado nuevamente a las Unión como oficial d estado mayor, a bordo de la cual intervino en el combate de Punta Chipana en abril de 1879.
Posteriormente, a pedido de Miguel Grau, quien lo nombró su segundo, fue transferido al Huáscar y participó en el combate de Antofagasta. El 8 de octubre de 1879, durante la batalla de Angamos, al caer muerto el comandante del glorioso monitor, Aguirre asumió el mando y, ante la evidente ventaja material de la escuadra chilena, audazmente ordenó atacar con el espolón al blindado Blanco Encalada, pero una granada le segó la vida.
Sus restos fueron enterrados en Mejillones (costa de Bolivia), pero luego, en 1908, fueron repatriados y conducidos a la Cripta de lo Héroes del cementerio Presbítero Maestro. 

Diego Ferre
Nació en medio del calor de Reque, provincia de Chiclayo, el 13 de noviembre de 1844, hijo de Eusebio Ferré y Mercedes Sosa, Diego Ferré estudió primero en la Escuela Nacional de Lambayeque y luego en Lima, en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe, donde termino la secundaria.
Se matriculó en 1865 en el Colegio Naval, y un año después, ya como guardiamarina, estaba destinado a la corbeta América, recién llegada para enfrentar a la escuadra española que bloqueaba Valparaíso y amenazaba a los puertos del Pacífico sur. Intervino entonces, al igual que Elías Aguirre, en el combate naval de Abtao, en las cercanías  del archipiélago de Chiloé, el 7 de febrero de 1866. A consecuencia de sus méritos en dicha acción, ascendió a alférez de fragata y luego, en 1871, a teniente segundo. Sirvió en el vapor de Tumbes, en la fragata independencia, en el monitor Huáscar, en el que se embarcó por vez primera el 8 de diciembre  de 1871, y en varias otras unidades.
Al iniciarse la Guerra del Pacífico, Ferré era nuevamente parte de la tripulación del Huáscar. Miguel Grau lo designó su ayudante, y en calidad de tal participó  en la ruptura del bloqueo de Iquique, en el bombardeo de Antofagasta y en todos los hechos que protagonizó Miguel Grau al mando de Huáscar.    
Durante el combate de Angamos, estuvo al lado del comandante, a cuyo lado murió, al ser destrozado por la misma granada que segó la vida del Caballero de los Mares.