sábado, 18 de febrero de 2012


 LA PAVA ALIBLANCA
Considerada como uno de los mejores ejemplos de recuperación de una especie animal de las garras de la extinción, la pava aliblanca (Penelope albipennis) fue redescubierta para el mundo en 1977, luego de habérsele creído extinta desde hacía exactamente un siglo. Hoy, gracias al apoyo de la empresa privada, los trabajos de recuperación de esta singular ave se encuentra bien encaminado y la posibilidad de reintroducir ejemplares de pava aliblanca en su hábitat natural es ya una realidad.
La historia de su descubrimiento data de 1977, año en que el peruano Gustavo del Solar y el ornitólogo y artista norteamericano John P. O’Neil, de la Universidad de Louisiana, hallaron algunos ejemplares de la rara pava en la quebrada San Isidro de Olmos, a partir de las indicaciones de un campesino del lugar llamado Sebastián Chinchay, antiguo morador de la hacienda Querpón.
La pava aliblanca se distribuye hoy en día en una limitada porción del bosque seco ecuatorial del departamento de Lambayeque, en alturas que van desde los 300 hasta los 1 100 m.s.n.m. Según estudios realizados por ornitólogos de campo, su número actual se calcula en alrededor de 300 individuos distribuidos a lo largo de unas 15 quebradas dominadas por densos bosques de algarrobo, hualtaco y guayacán y ubicadas en las inmediaciones de la localidad de Olmos y Salas. El resto de su antiguo hábitat, sin embargo, ha sido gravemente alterado por la tala de especies arbóreas, la caza y la ampliación de la frontera agrícola.
Su apariencia general es similar a la de un pavo doméstico – con el que esta emparentada, aunque algo mas esbelta y con un cuello largo terminado en una cabeza pequeña.
Pesa alrededor 1.5 kilos y mide 56 cm de la cabeza a la cola. Sus alas cortas y redondeadas son ideales para vuelos corotos y le permite una gran maniobrabilidad  entre el denso follaje. De su garganta cuelga una porción de piel de color rojo intenso y posee una zona azulada y sin plumas alrededor de los ojos. El color de su plumaje es negro plomizo uniforme, con algunas plumas blancas que subrayan los bordes de sus alas y que se muestran sólo cuando el ave vuela (de allí su nombre común).       
La pava aliblanca se alimenta de frutos, flores, semillas, hoja y brotes tiernos de una amplia gama de especies vegetales del bosque seco. Necesita beber agua diariamente, por ello solo se le encuentra en las cercanías de los manantiales o jagüeyes y en las quebradas con agua permanente. Debido a sus hábitos alimenticios (eminentemente vegetariano), las pavas aliblancas cumplen un importante rol como dispersoras de una amplia gamma de especies arbóreas, entre ellas varias de importancia económica para el hombre.
Un elemento vital para su recuperación, luego de obtenido el primer polluelo silvestre de manos de un cazador local, fue el proyecto de crianza en cautiverio en el Zoocriadero Bárbara D’Achille, en Olmos. Propiedad de Gustavo del Solar, e iniciado en el año de 1981. Desde entonces y gracias al constante apoyo de la Fundación Backus Pro Fauna en Vías de Extinción, las pavas se han reproducido con tal éxito en el criadero que el proyecto ha ganado reconocimiento a nivel mundial. Luego de la reintroducción del primer lote pavas en su hábitat natural (setiembre del 2001), nació el primer polluelo en libertad (2002), hijo de padres criados en cautiverio. 

1 comentario:

  1. la pava aliblanca es una hermosa ave que se encuentra viviendo en el bosque seco.
    lo bueno es que aun sigue viviendo esta especie.

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